¿Estás considerando cambiar de energética?

 

Aquí te presentamos información clave que debes tener en cuenta:
Cada uno damos importancia o valoramos diferentes aspectos a la hora de decidirnos entre cambiar a una compañía eléctrica u otra. Los principales aspectos a tener en cuenta:

Compañías que certifiquen que el origen de su electricidad proviene de fuentes de energía renovables. Elegir esta opción hace incrementar ligeramente los precios que las compañías te ofrecen, pero como más personas demanden estos tipos de energía, las comercializadoras poco a poco a la hora de ir a comprar/producir energía focalizaran en este tipo de energías, contribuyendo así en un mundo más sostenible para todos.

Compañías sin permanencia. Las empresas de libre mercado en el sector residencial suelen ofrecer contratos sin permanencia, a diferencia de las más pequeñas que a veces aplican este requisito. Esto se debe a que las empresas más pequeñas, al comprar energía en el mercado mayorista, enfrentan pérdidas significativas si los clientes se van, ya que han adquirido más energía de la necesaria.

¿Qué pasa si me cambio y tengo permanencia?

Si decides cambiar de compañía antes de cumplir el compromiso de permanencia de un año, por lo general, la empresa aplicará una penalización al cliente. Esta penalización suele ser del 5% sobre la cantidad de energía restante por consumir. Por ejemplo, si consumes 3000 kWh al año y te cambias después de 6 meses, te facturarían un 5% de los 1500 kWh restantes pendientes, lo que equivale a 75 kWh como una penalización por no cumplir con el acuerdo de permanencia.

Todas las compañías de mercado libre garantizan su precio durante 1 año. Sin embargo, algunas compañías, recordando la crisis energética durante el inicio de la guerra de Ucrania, añaden cláusulas a sus contratos para evitar dificultades financieras. Durante esa crisis, muchas empresas rompieron contratos debido a los altos precios de la electricidad en el mercado mayorista. Las tradicionales, que también son productoras de energía, fueron las únicas capaces de mantener sus precios, ya que estaban menos expuestas a riesgos financieros.

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